Ayer

Después de varios intentos se alcanzó la herida. Olvidaba donde la había tenido, ya que con la costumbre uno ni recuerda como es el dolor de tanto cargar con él. ¿Para que tenerla? La cicatriz no se hace esperar para acabar con ella, simplemente es demorar la serie de procesos biológicos sin razón, o por lo menos sin recordar que existe una. Ya no hay respuesta, por hoy siguen siendo las mismas de ayer. La gente no recuerda que dijó lo mismo dos días antes de ayer, y dirá lo que dijo dos años después, y se muere con las mismas palabras de siempre. El sillón ya no es igual al de ayer, el universo se encargó de cambiarlo de lugar, ya no tiene comodidad, ya no tiene atorado al tiempo, ya no me quedo en él.


Fernando G. Díaz