Monday, November 07, 2005

El descorazonado

El escándalo llegaba al cruzar la calle, cuando el corazón se le caía más allá de los tobillos, macerándole recuerdos con su paso, con la mirada de frente, y el dolor fijo en las manos se quedaba al final del cruce fracturado.
A razón de los aplausos y de los gritos le venía el desamor, cuando los niños le preguntaban que había sido de aquel corazón, si lo tenía seco y extendido en aquella mano, si con las monedas que caían por los pies le volvía el amor. Las lágrimas que bajaban se llevaban sus ojos, se los iban secando poco a poco. Tenía desaparecido el corazón, lo había perdido en la avenida, entre la gente, debajo de las monedas.

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