De tus cartas
Ya no más cartas amor,
que a este tiempo no te quiero
y aún menos leer.
Deja de escribirme,
de poner palabras con las que me dices querer,
con las que dices amor a golpes,
entre dos o tres tecleos oxidados
de un alfabeto comido,
el de tu sabia
y vieja máquina de oficina.
te lo pido,
deja de decir quererme.
Déjalo de una vez por todas,
termina de teclear tu fallido amor,
el de las cuatro letras,
que hoy ya no quiero leer.
No,
esta vez en realidad no deseo quererte.
Guárdate una a una las cartas,
cómete todos esos dulces de los que me hablas,
toma a grandes y ahogados tragos aquel vino que seguido me ofrecías,
arranca las cuatro letras,
destroza la máquina
y por favor
déjame vivir.
Correspondencia para Mónica
que a este tiempo no te quiero
y aún menos leer.
Deja de escribirme,
de poner palabras con las que me dices querer,
con las que dices amor a golpes,
entre dos o tres tecleos oxidados
de un alfabeto comido,
el de tu sabia
y vieja máquina de oficina.
te lo pido,
deja de decir quererme.
Déjalo de una vez por todas,
termina de teclear tu fallido amor,
el de las cuatro letras,
que hoy ya no quiero leer.
No,
esta vez en realidad no deseo quererte.
Guárdate una a una las cartas,
cómete todos esos dulces de los que me hablas,
toma a grandes y ahogados tragos aquel vino que seguido me ofrecías,
arranca las cuatro letras,
destroza la máquina
y por favor
déjame vivir.
Correspondencia para Mónica
3 Comments:
Ay Mónica, come fuego y después pulveriza la palabra.
siempre es un desafío "amar sin los nefastos recursos del amor"
Si, Mónica recibe las cartas de sus propias palabras, su amor que ya no es amor no tiene recursos, no la tiene a ella.
El poema es fabuloso. Me sentí muy identificado leyéndolo. Enhorabuena.
Fénix Yarince (http://blogs.ya.com/yarince)
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