Friday, April 08, 2005

Soñando ella cree estar despierta

A duras penas el lunes me pude levantar de esta cama. No me recriminé por lo sucedido. Alcancé a observar aquella masa de piel y músculos desde la ventana, sin quejarse de estar colocada en esa incomoda posición, sin escucharle reclamar respecto a ello. La misma masa en la que se había convertido mi amor, el sobrante de un cuerpo, ya una vez en pedazos era lo que quedaba de él, de Antonio. Viendo como resignado miraba al suelo, sin respirar adecuadamente, sólo lanzando pequeñas exhalaciones como no queriendo lastimar el aire más de lo que el se encontraba lastimado en aquella esquina, a tres cortos pasos de un contenedor de basura, el de nuestra basura. No perseguía dirigir sus ojos fuera de ahí. Estaba sin las ganas de quejarse ni de protestar ante su dolor. Solo ahí tranquilo, inerte como su intención.

Yo amanecí sin querer voltear hacia él. No me lo permití dos veces. La ventana se abría frente a mí, no me atreví a observar de nueva cuenta por ella. Estando los dos lastimados siento que en parte es mi culpa, eso de verlo sin su vitalidad. Aunque yo no me crea, no le hice daño alguno. Yo le ame y le amo. Aún si hubiera querido lacerar su piel no me lo hubiese permitido.
Ahora debo bajar con antonio, a verlo en los instántes que le quedan de vida.

Renata está soñando

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