Saturday, May 19, 2007

Correspondencia

México, DF.
Diciembre 7, 2002


Han pasado algunas semanas que no sé de ti Clarisa, y eso no me sienta nada bien. Yo aquí ando escribiéndote y espero que pronto hagas lo mismo. Me da una nostalgia grandísima el saberte lejos, hasta sola me siento. Mira que te he extrañado bastante. Este ha sido un verano muy difícil para mí, pero ha tenido sus puntitos a favor, muy buenos por cierto. Necesitaba escribirte, y he reunido coraje para hacerlo.
No sé tú, pero creo que yo estoy embarazada. No sé de fechas exactas y todo eso, pero ¡Oh! De sólo acordarme hasta me siento más y más embarazada. No me gusta estar muy embarazada, bueno tampoco estar embarazada, pero me encanta decir “embarazada”, y escribirlo aún más E M B A R A Z A D A…
Estar embarazada es como ser otra persona de pronto, eso de estar conciente del hecho de tener un seresito en tus adentros te hace ser más humilde, estar más en contacto con la gente, ser más empática, vivir distinto…….hasta ser feliz por el hecho de estar embarazada es posible, yo lo estoy.
Por las noches no encuentro como dormir, las posiciones se complican con el peso extra acumulado en el vientre, pero no deja de ser divertido el buscar estar cómoda, es como girar en el pasto colina abajo, o volar un papalote en pleno marzo…hasta lo complicado de estar embarazada tiene su lado.
Frecuentemente siento eso que llaman “antojos”, aunque la palabra me da como que asco, suena ofensivo, como decir que clase de antojo eres, o yo sé que te gustan los antojos, o hasta como sinónimo de sirviente, es tan feo eso de la jerarquía social. Pero sí suena muy desagradable. En fin tengo recurrentes antojos, a veces sólo me conformo con que mi vecina me lea recetas de cocina al oído. Hemos pasado noches tan exquisitas dedicándonos a eso. Ella me ha estado leyendo unos recetarios que compré por correspondencia, busqué los más extravagantes de todos, y sí que son como esperaban, suenan al oído tan hermoso, son totalmente poesía. Esta semana me estuvo leyendo unos de comida Marroquí, eran como caricias en las piernas, así discretitas y alarmantes, por que pues uno no sabe después del comienzo, se pierden los estribos y todo lo que se le parezca, ya ves…no por nada quedé embarazada, ¡pero que manera de embarazarse! Por que hay de maneras a maneras, y eso todo el mundo lo sabe.
Hay algo que admito me condena. No es estar embarazada en sí, sino lo que quiero hacer al estar embarazada. Me he vuelto algo perversa en muchos aspectos, últimamente he querido secuestrar al hombre que vive en el piso de arriba de mi casa, es tan ejecutivo y joven, y varonil. Es inevitable sentir las ganas de amarrarlo y tirarle todas sus corbatas en la cara y romperle la camisa y rasguñarle los brazos y ¡oh! ¡Que decir! Es tan irresistible y buen mozo que mi respiración se agita cuando lo veo llegar y bajarse de su carro, y caminar, y sus zapatos de oficina que se escuchan por doquier, me excita y mucho…es tan violable maldita sea. Su cara de buen amante me trastorna. No sé de su nombre, pero debe llamarse guapo, debe tener nombre de guapo, como Sebastián, o Gustavo, o no sé…me siento sucia Clarisa, estar embarazada me hace sentir sucia, pero es algo que es delicioso sentir. Es como aplastar las burbujas del hule con el que empacan muebles y cosas así, es algo tan adictivo y fácil de disfrutar.
Por lo de mi vientre parecen ser ya los cuatro meses que son, tenía que admitir que si sabía de fechas, discúlpame, son conflictos internos, la maternidad es nueva en mi. Es bellísimo escuchar los sonidos que hacen sus golpecitos en mi vientre, creo que me gusta como lo hace, no sé si eso sea bueno, pero me gusta, es rico como da sus golpecitos. Una madre siempre está orgullosa de su hijo, hasta de sus golpecitos. Por la intensidad con que los da creo que será baterista o algo así, es muy rítmico mi fetito. Estoy ansiosa por que nazca, no tienes idea de cuánto.
Del padre, que decir, se fue hace más de tres meses a Costa Rica, dijo que era cuestión de trabajo y profesionalismo y todo lo que a los hombres les parece lógico e indispensable, es tan extraña su manera de pensar, ven el mundo como con el pene en mi opinión, así muy emocionales, muy varoniles ellos. Nunca se enteró de haberme dejado embarazada, y no sé nada de él hasta la fecha, debe haber embarazado unas cuantas en Nicaragua o en el Salvador tal vez, ¿Por qué no? Con eso de su visión del mundo, ni hablar. Pero valió la pena conocerlo y lo conocí bastante bien. Estoy mejor sola, bueno mi vecina es un ángel y es sumamente atractiva, es un amor indiscutible mi Verónica, hasta buen nombre tiene mi vecinita.
Me despido Clarisa. Hazme saber como estás por favor, hace mucho que no te comunicas. Espero que leas esto pronto preciosa y espero no hacerle algo a mi vecino para cuando contestes esta carta, de verdad que siento muy cercano el suceso, trataré de controlarme, pero al verlo es difícil hasta estar embarazada. Cuídate mucho.

Te amo.

Atentamente
M. Cecilia Fernández

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home